Gilles Lipovetsky, filósofo y sociólogo francés nacido en 1944, publica en el 2006 La era del vacío. Un conjunto de ensayos existencialistas sobre la era postmoderna en la que vivimos actualmente. Textos que, conforme se van leyendo, se contradicen cada vez más seguido. Expone que toda acción que hacen los jóvenes hoy en día es posmodernismo, usando peyorativamente este término pues explica que está lleno de banalidad, superficialidad y narcisismo por parte de sus actores.

Recordemos que, según el mercadeo, la sociedad moderna se divide en 6 generaciones
marcadas por sus características notorias. A los que Lipovetsky hace referencia es a los
millenials, generación que según Alejandra d’Agostino, licenciada en Sistemas de
Información, Administración de Recursos Humanos y Gestión de Cultura y Organización, es caracterizada por un gran sentido social, político y cultural; algo que contradice por completo al autor de los ensayos.

Ahora, en el texto contamos solo con la percepción personal del autor frente a la realidad en la que vivimos ahora. En un mundo caracterizado por la unidad red, donde la distancia se acorta con un solo clic, y por tanto la posibilidad de realizar un análisis social está a la misma distancia, Lipovetsky decide decir que estamos cortados por la misma tijera. Habla del Narciso como el personaje que nos caracteriza, sin mayores argumentos que los ya expuestos anteriormente y la idea de que ahora, y gracias a la industria cultural, pensamos solo en nosotros, aislados en una frágil burbuja que decidimos no explotar por miedo a involucrarnos con los sucesos mundiales. Todo esto dando a entender que él es diferente. No olvidemos que el filósofo pertenece a dos generaciones anteriores a los Millenials, los Babyboomers, quienes son caracterizados por el hambre comercial.

Así, el autor cae también en la definición de Narciso en la que nos encasilla a los demás.
Pretende ser solo un observador, pero al intentar huir de la sociedad cae en ella de forma
definitiva. Y no solo cae, sino que se vuelve el Narciso mayor, ya que se presenta como un ejemplo a seguir para huir de nuestro aislamiento programado por los medios, los que nos hacen sentir como seres únicos y especiales.